San
Pablo escribe esta carta a los fieles de Corinto para hacer cesar las disputas que se habían suscitado entre ellos, reprender algunos desórdenes y abusos que se habían introducido y reponder a varias |
preguntas
que le habían hecho por escrito. Escribióla el apóstol desde Éfeso,
según se infiere del cap. 16, v. 8; y probablemente hacia el año 57 de
Jesucristo.
|
4
Porque si bien no me remuerde la conciencia de cosa alguna, no por eso me
tengo por justificado; pues el que me juzga es el Señor *. 5) Por lo
tanto, no queráis sentenciar antes de tiempo, hasta tanto que venga el Señor,
el cual sacará a plena luz lo que está en los escondrijos de las
tinieblas, y descubrirá las intenciones de los corazones, y entonces cada
cual será de Dios alabado. 6 Por lo demás, hermanos, todo esto que acabo de decir * lo he presentado en persona mía y en la de Apolo por amor vuestro; a fin de que aprendáis por medio de nosotros a no entonaros uno contra otro a favor de un tercero, más allá de lo que va escrito. 7) Porque, ¿quién es el que te da la ventaja sobre nosotros? *. O, ¿qué cosa tienes tú que no la hayas recibido de Dios? Y si todo lo que tienes lo has recibido de Él, ¿de qué te jactas, como si no lo hubieses recibido? 8) He aquí que vosotros estáis ya satisfechos *, heos aquí hechos ya ricos; sin nosotros estáis reinando, y plugue a Dios que en efecto reinéis, para que así nosotros *reinemos también con vosotros. 9) Pues yo, para mí, tengo que Dios a nosotros, los apóstoles, nos trata como a los últimos hombres, como a los condenados a muerte: haciéndonos servir de espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. 10) Nosotros somos reputados como unos necios por amor de Cristo, mas vosotros sois los prudentes en Cristo; nosotros flacos, vosotros fuertes; vosotros sois honrados, nosotros viles y despreciados. 11) Hasta la hora presente andamos sufriendo el hambre, la sed, la desnudez, los malos tratamientos, y no tenemos dónde fijar nuestro domicilio. 12) Y nos afanamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen y bendecimos; padecemos persecución, y la sufrimos con paciencia; 13) nos ultrajan, y retornamos súplicas; somos, en fin, tratados hasta el presente como la basura del mundo, como la escoria de todos. 14 No os escribo estas cosas porque quiera sonrojaros, sino que os amonesto como a hijos míos muy queridos. 15) Porque aun cuando tengáis millares de años en Jesucristo, no tenéis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en Jesucristo por medio del Evangelio. 16) Por lo tanto, os ruego que seáis imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo. 17) Con este fin he enviado a vosotros a Timoteo, el cual es hijo mío carísimo, y fiel en el Señor, para que os informe de mi proceder en Jesucristo, conforme a lo que yo enseño por 4
Que conoce a fondo el mérito o demérito de las obras. |
todas
partes en todas las Iglesias. 18) Algunos están ya engreídos, como si yo
nunca hubiese
de volver a vosotros *. 19) Mas bien pronto pasaré a veros, si
Dios quiere, y examinaré no
la labia de los que andan así henchidos, sino su
virtud. 20) Que no consiste el reino de Dios en palabras, sino en la
virtud *. 21) ¿Qué estimáis más?, ¿que vaya a vosotros con la
vara, o con amor y espíritu de mansedumbre? *.
5 1
Es ya voz pública de que entre vosotros se
cometen
deshonestidades, y tales, cuales
no se oyen ni aun entre gentiles, hasta llegar
alguno a abusar de la mujer de su propio padre.
2) Y con todo, vosotros estáis henchidos de
orgullo; y no os habéis entregado al llanto, para que fuese
quitado de entre vosotros el que
ha cometido tal maldad. 3) Por lo que a mí toca,
aunque ausente de ahí con el cuerpo, mas presente
en espíritu, ya he pronunciado, como presente, esta sentencia
contra aquel que así pecó. 4) En nombre de nuestro Señor Jesucristo,
uniéndose con vosotros mi espíritu, con el
poder que he recibido de nuestro Señor Jesús, 5) sea ése que tal
hizo entregado a Satanás
o excomulgado, para castigo de su cuerpo, a trueque de que
su alma sea salva en el día de nuestro Señor Jesucristo. 18 Y reprimir a los orgullosos que perturban esa Iglesia. |
o
avariento, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o vive de rapiña, con
este tal ni tomar bocado. 12) Pues, ¿cómo podría yo meterme a juzgar a
los que están fuera de la Iglesia? ¿No son los que están dentro de ella
a quienes tenéis derecho a juzgar? 13) A los de afuera Dios los
juzgará. Mas vosotros apartad a ese mal hombre de vuestra compañía.
6
1 ¿Cómo es posible que se halle uno siquiera
entre vosotros que teniendo alguna diferencia con su hermano, se atreva a
llamarle a juicio ante los jueces inicuos o infieles, y no
delante de los santos o cristianos? 2) ¿No sabéis que los santos
han de juzgar a este mundo? Pues si el mundo, ha de ser juzgado por
vosotros, ¿no seréis dignos de juzgar de estas menudencias? 3) ¿No sabéis
que hemos de ser jueces hasta de los ángeles malos?, ¿cuánto más
de las cosas mundanas? 4) Si tuviereis, pues, pleitos sobre negocios de
este mundo: tomad por jueces, antes que a infieles, a los más ínfimos
de la Iglesia. 5) Dígolo para confusión vuestra. ¿Es posible que no ha
de haber entre vosotros * algún hombre inteligente que pueda ser juez
entre los hermanos, 6) sino que ha de verse que litiga hermano con
hermano, y eso en el tribunal de los infieles? 7 Ya por cierto es una
falta en vosotros el andar con pleitos unos contra otros. ¿Por qué no
toleráis antes el agravio? * ¿Por qué antes no sufrís el fraude? 8)
Mas vosotros sois los que agraviáis, y defraudáis, y eso a vuestros propios
hermanos. 9) ¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de
Dios? No queráis cegaros: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, 10) ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni
los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de
rapiña, han de poseer el reino de Dios. 12 Si todo me es lícito, no todo me es conveniente; no porque todo me es lícito me haré yo esclavo de ninguna cosa. 13) Las viandas son para el vientre, y el vientre para las 5 Que
tanto presumís de sabios. |
viandas;
mas Dios destruirá a aquél y a éstas; pero el cuerpo no es para la
fornicación, sino para el Señor: como el Señor para el cuerpo *. 14) Pues
así como Dios resucitó al Señor, nos resucitará también a
nosotros por su virtud. 15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿He de abusar yo de los miembros de Cristo, para hacerlos miembros de una prostituta? No lo permita Dios. 16) ¿No sabéis que quien se junta con una prostituta se hace un cuerpo con ella? Porque serán los dos (dice la Escritura) *, una carne. 17) Al contrario, quien está unido con el Señor, es con Él un mismo espíritu. 18) Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa el hombre, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su cuerpo peca *. 19) Por ventura, ¿no sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que habita en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que ya no sois de vosotros, 20) puesto que fuisteis comprados a gran precio? *. Glorificad a Dios, y llevadle en vuestro cuerpo. 7
1 En orden a las cosas sobre que me habéis escrito, respondo: Loable cosa es en el hombre no tocar
mujer; 2) mas por evitar la fornicación, viva cada uno con su mujer, y
cada una con su marido *. 3) El marido pague a la mujer el débito, y de
la misma suerte la mujer al marido. 4) Porque la mujer no es dueña de su
cuerpo, sino que lo es el marido. Y así mismo el marido no es dueño de
su cuerpo, sino que lo es la mujer. 5) No queráis defraudaros el
derecho recíproco, a no ser por algún tiempo de común acuerdo, para
dedicaros
a la oración; y después volved a cohabitar, no sea que os tiente
Satanás por vuestra incontinencia.
6) Esto lo digo por condescencia, que no lo mando. 7) A la verdad,
me alegra que fueseis todos tales como yo mismo; mas cada uno tiene de
Dios su propio don: quién de una manera, quién de otra. 13 Al
cual comunicará algún día
la inmortalidad. 16 Gn.
2, 24; Mt. 9, 15; Ef. 5, 31. 18
Al cual
afrenta y
profana. 20 No
menos que con el de la sangre de Cristo. 2
El que no tenga el don de continencia para quedarse célibe, cásese
antes que entregarse a la impureza.
|
37
Si alguno de vosotros se tiene por profeta, o por persona espiritual,
reconozca que las cosas que os escribo son preceptos del Señor. 38) El
que lo desconoce, será desconocido *. 39) En suma, hermanos, codiciad o
preferid el don de la profecía, y no estorbéis el de hablar lenguas.
40) Pero hágase todo con decoro
y con orden.
15 1
Quiero ahora, hermanos, renovaros la memoria del Evangelio que os he
predicado, que vosotros recibisteis, en el cual estáis firmes, 2) y por
el cual sois salvados, a fin de
que viváis si
lo conserváis, de la manera que os lo prediqué, porque de otra
suerte en vano habríais abrazado la fe. 3) En primer lugar os he enseñado
lo mismo que yo aprendí: que Cristo murió por nuestros pecados conforme
a las Escrituras *, 4) y que fue sepultado *, y que, resucitó al tercer día
según las mismas Escrituras, 5) y que se apareció a Cefas y después
a los once *. 6) Posteriormente se dejó ver de más de quinientos
hermanos juntos, de los cuales, aunque han muerto algunos, la mayor parte
vive todavía. 7) Se apareció también a Santiago, y después a los apóstoles
todos. 8) Finalmente, después de todos, se me apareció también a mí *,
que vengo a ser como un abortivo; 9) siendo, como soy, el menor de los
apóstoles, que ni merezco ser llamado apóstol, pues que perseguí
la Iglesia de Dios. 10) Mas por la gracia de Dios soy lo que soy, y su
gracia no ha sido estéril en mí, antes he trabajado más copiosamente
que todos, pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo *; 38 Será
desaprobado y castigado de Dios |
vana es
vuestra
fe, pues todavía estáis en vuestros pecados *. 18) Por consiguiente, aun
los que murieron creyendo en Cristo, son perdidos sin
remedio. 19)
Si nosotros sólo tenemos esperanza
en Cristo mientras dura nuestra Vida, somos los más desdichados de
todos los hombres
*. 20 Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos, y ha venido a ser como las primicias de los difuntos; 21) porque así como por un hombre vino la muerte, por un hombre debe venir la resurrección de los muertos *. 22) Y así como en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados. 23) Mas cada uno por su orden *, Cristo el primero; después los que son de Cristo, y que han creído en su venida. 24) En seguida será el fin del mundo; cuando Jesucristo hubiera entregado su reino o Iglesia a su Dios y Padre, cuando habrá destruido todo imperio, y toda potencia, y toda dominación *. 25) Entretanto, debe reinar *, hasta ponerle el Padre a todos los enemigos debajo de sus pies. 26) Y la muerte será el último enemigo destruido *: porque todas las cosas las sujetó Dios debajo de los pies de su Hijo. Mas cuando dice la Escritura: 27) Todas las cosas están sujetas a Él: sin duda queda exceptuado Aquel que se las sujetó todas. 28) Y cuando ya todas las cosas estuvieren sujetas a Él, entonces el Hijo mismo quedará sujeto en cuanto hombre al que se las sujetó todas, a fin de que en todas las cosas todo lo sea de Dios. 29 De otra manera, ¿qué harán aquellos que se bautizan por aliviar a los difuntos, si absolutamente los muertos no resucitan?, ¿por qué, pues, se bautizan por los muertos? *. 30) ¿Y a qué fin a toda hora nos exponemos nosotros a tantos peligros? 31) No hay día, hermanos, en que yo no muera por asegurar la gloria vuestra y también mía, que está en Jesucristo nuestro Señor. 32) ¿De qué me sirve, hablando como hombre, haber combatido en Éfeso contra bestias feroces *, si no resucitan los muertos? En este caso, no pensemos más que en comer, y beber, puesto que mañana moriremos. 33) No deis lugar a la seducción. Las malas conversaciones corrompen las buenas
17 Siendo, como es, Cristo resucitado la causa dé la
justificación, y el vencedor de la muerte y del pecado.
|
y pasaré también el invierno, para que vosotros me llevéis a doquiera
que hubiere de ir. 7) Porque esta vez no quiero visitaros solamente de paso, antes espero detenerme algún tiempo entre vosotros, si el Señor me lo permitiere. 8 En Éfeso me quedaré hasta Pentecostés. 9) Porque se me ha abierto una puerta grande y espaciosa para la propagación del Evangelio, si bien los adversarios son muchos. 10
Si va a veros Timoteo, procurad que esté sin
recelo entre vosotros, pues trabaja, como yo,
en la obra del Señor. 11) Por lo tanto, ninguno
le tenga en poco *, y despachadle en paz, para
que venga a verse conmigo, pues le estoy aguardando
con los hermanos. |
varonilmente,
y alentaos más y más. 14) Todas vuestras
cosas háganse con caridad *. 15 Ya conocéis hermanos, la familia de Estéfanas, y de Fortunato, y de Acaico; ya sabéis que son las primicias de la Acaya *, y que se consagraron al servicio de los santos *; 16) os ruego que tengáis mucha deferencia a personas de ese carácter, y a todos los que cooperan y trabajan. 17) Yo, por mi parte, me huelgo con el arribo de Estéfanas, y de Fortunato, y de Acaico; ellos son los que han suplido vuestra falta o ausencia, 18) recreando así mi espíritu como el vuestro. Mostrad, pues, reconocimiento a tales personas. 19 Las iglesias de Asia os saludan. Os saludan con grande afecto en el Señor, Aquila y Priscila, con la iglesia de su casa, en la que me hallo hospedado. 20) Todos los hermanos os saludan. Saludaos unos a otros con el ósculo santo de la caridad. 21) La salutación de mí, Pablo, va de propio puño. 22) El que no ama a nuestro Señor Jesucristo, sea anatema, marán atha. (Ven, Señor.) 23 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. 24) Mi sincero amor con todos vosotros en Cristo Jesús. Amén.
|